Con esta ola de calor la sóla idea de comer algo caliente te hace sudar, planeando la comida nada se me antojaba lo suficientemente refrescante, hasta que de los rincones de mi cerebro me llegaron dos ensaladas que hacía mi abuela en verano, la de espinacas la tome en casa de una amiga de la cual la tomo prestada (¡muchas gracias chiqui!).
Ensalada de pepino y agua.
Como habéis leído, es tan sumamente sencillo que es una perogrullada, pero en la sencillez está la elegancia. Refrescante a más no poder.
Pepinos.
Aceite, vinagre, sal.
Agua fría.
Orégano (opcional).
1º Pelamos y cortamos en dados pequeños los pepinos.
2º En un bol echamos los pepinos, aceite, sal y vinagre al gusto, movemos, cubrimos con agua y al frigorífico.
3º Servimos tal cual o adornado con orégano.
Patatas al perejil y ajo.
Patatas.
Ajo.
Perejil.
Sal y aceite.
1º Cocemos las patatas en gajos. Una vez hecho las echamos en un bol.
2º Hacemos un majao con el ajo y perejil, el ajo depende de lo picantes que las queráis. Aliñamos con aceite.
3º Volcamos el majao en las patatas y mezclamos bien. Metemos en el frigorífico mínimo una hora.
Si os gustan más elaboradas podéis sustituir el aceite por mahonesa.
Espinacas con tomate y tofu.
Espinacas.
Tomates (cherrys si es posible).
Tofu (también podéis usar queso fresco).
Frutos secos.
Aceite, vinagre de modena y miel.
1º Limpias las espinacas, las ponemos en un bol, junto a los tomates y el tofu.
2º El aliño se hace con 3 cucharadas de aceite, 1 de vinagre y 1 de miel. Se bate bien y esparce sobre la ensalada.
3º Echamos por encima frutos secos a elección.
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