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Todas las artes alimentan el alma pero la única que te llena el estómago es la culinaria. No hay que usar ingredientes a precio de oro. Que nuestro lema sea: especulemos con 3 euros diarios.

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Montaditos de calabaza y queso.

Entramos de lleno en la época de la calabaza, siempre estoy a favor de usar elementos de temporada, es más económico así como sabroso. En España parece que hemos desterrado la calabaza para los guisos, lo cierto es que es un alimento muy versátil: cremas, guisos, ensaladas...


1 Calabaza (de las que tienen forma de jarrón).
1 rulo de queso de cabra.
Frutos secos (escogí almendras pero podéis poner los que queráis).
Miel, aceite.


1º Cortamos en lonchas la calabaza, retiramos la piel y la salteamos en una sartén a fuego suave.

2º Sobre la calabaza ponemos el queso de cabra, rociamos del fruto seco elegido picado y un poco de miel.

El calor de la calabaza derretirá un poco el queso, el contraste de sabores es un gusto para el paladar.
Otra opción es introducirlos en el horno y gratinarlos ligeramente, algo más de trabajo pero merece la pena.
 Por su gran contenido en vitamina A se le atribuyen efectos beneficiosos sobre la visión. También contiene vitamina C y del grupo B, aunque en menor cantidad. Nos provee minerales tales como potasio, hierro, cobalto, boro, zinc y calcio . El 90% de su contenido es agua, por lo que es muy diurética, pero también es depurativa y digestiva. Contiene mucílagos, pocas calorías y casi nada de grasa, lo que la hacen adecuada en dietas de adelgazamiento. Sus semillas son utilizadas para inflamación de la próstata.

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Estofado aleman.

Son muy conocidas las salchichas alemanas, casi siempre acaban a la parrilla o cocidas, pero en Alemania las preparan de mil formas, un plato que me llamó la atención fue el que hoy vamos a hacer (lo siento, pero su nombre original siempre lo escribo con faltas, por eso lo traduje como estofado). Es muy sencillo, aunque lo he adaptado un poco al gusto mediterraneo.


1 paquete de salchichas alemanas ahumadas.
250 gramos de panceta (si no tenéis usad bacon) cortada en dados.
4 patatas grandes cortados en dados.
1 litro de caldo de ave o de verduras.
1 cebolla cortada.
1 diente de ajo picado muy fino.
Sal, pimienta, pimentón dulce, mejorana, vinagre, aceite, laurel.


1º En una olla calentamos unas 3 cucharadas de aceite, sofreímos la cebolla, después el ajo con la panceta hasta que ésta esté crujiente. Añadimos las especias al gusto y un chorro de vinagre. 

2º Agregamos las patatas y el caldo de ave. Mantendremos a fuego medio durante 30 minutos.

3º Cortamos las salchichas para saltearlas en la sartén, las añadiremos a la olla cuando falten 5 minutos para acabar.


En Alemania nos sirvieron este plato acompañado de nata agria con cebollino, delicioso, aunque aumenta el nivel de calorías, así como el gasto del bolsillo.

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Quiche de espinacas.

La quiche es un plato típico francés de la zona de Lorena, podemos definirlo como una tarta salada a base de huevos, crema de leche y trozos de verdura, aunque podemos añadir el relleno que deseemos,  en nuestro caso nos hemos decantado por espinacas, que recibe el nombre de "florentina".
Por cierto, un dato curioso, este plato es tan popular que existe un libro llamado "Los hombres de verdad no comen quiche" del norteamericano  Bruce Feirstein de 1982, en el que ridiculiza los estereotipos sobre el comportamiento masculino, os lo aconsejo, os vaís a reir bastante.


1 paquete de hojaldre o pasta brisa.
3 huevos.
200 ml de crema de leche (podéis sustiuirla por nata para cocinar).
500 gramos de espinacas frescas.
1 cebolla.
Nuez moscada molida, sal, pimienta negra en polvo.

1º Salteamos la cebolla finamente picada.

2º En un bol batimos bien los huevos con la crema fresca y las especias. Añadimos las espinacas bien limpias, junto con la cebolla.

3º Forramos con la pasta brisa un molde redondo (en mi caso no encontré, así que usé uno rectangular), conviene pinchar la pasta con un tenedor para que no se bufe cuando se introduzca en el horno. Volcamos en su interior la masa.
4º En horno precalentado a máxima potencia introducimos el molde, bajamos a unos 180º y dejamos unos 15 minutos (para comprobar si está basta con pinchar un palillo en el centro, si sale limpio está lista para servir).


Lo mejor es servir templado ni muy caliente ni fría, acompañada de una ensalada varia

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Croquetas de champiñones.

Lo bueno de esta receta es que podemos hacer las croquetas, guardarlas en el congelador, así tendremos preparado un plato que nos salvará si no tenemos tiempo para cocinar o nos surgen invitados inesperados.


1 pechuga de pollo.
250 gramos de champiñones limpios y ya cortados.
1 cebolla bien picada.
1 diente de ajo muy picado.
2 cucharadas grandes de harina.
1 vaso de leche.
Harina, pan rallado.
Sal, aceite, nuez moscada.

1º En una sartén con aceite (o mantequilla si queréis que salgan más melosas) hacemos la cebolla, añadimos los champiñones y el ajo. Especiamos.
2º Añadimos la harina, doramos un poco y vamos añadiendo la harina poco a poco, sin dejar de mover, si lo hacemos con unas varillas será mucho más fácil. Una vez que espese, lo apartamos del fuego.

3º Dejamos que la masa repose una media hora en el frigorífico, para que coja consistencia.
4º Hacemos las croquetas que pasaremos primero por harina, huevo y finalmente por pan rallado.


5º Podemos freírlas o guardarlas en el congelador para otra ocasión.

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Salmorejo.

Si el gazpacho andaluz tiene fama mundial, no le anda a la zaga el salmorejo cordobes, que es otra muestra del saber popular: ingredientes sencillos, económicos y cotidianos que dan como resultado una de las mejores cremas que podáis probar.


1 kg de tomates maduros.
1/2 kg de pan del día anterior.
1 diente de ajo.
1 vaso de agua.
1 vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra.
1/3 de vaso pequeño de vinagre.
Sal.

1º Cortamos en trozos el pan, tomates y ajo. Los ponemos en un bol.
2º Añadimos el resto de ingredientes, movemos, lo cubrimos con un paño y dejamos en maceración toda la noche en el frigorífico.
3º Al día siguiente lo pasamos todo por la batidora, rectificamos el punto de sal, lo devolvemos al frigorífico, ya que lo importante es que esté fresca.
4º Podemos servir tal cual o acompañado de "tropezones" de jamón serrano, huevo...y un chorro de aceite.

Si bien el salmorejo, tal y como lo conocemos hoy, tiene su origen en el siglo XIX, lo cierto es que proviene de tiempos tan remotos como la invasión árabe, prueba de ello es el salmorejo blanco, que todavía se sigue haciendo, en el que se utilizan los mismos ingredientes salvo el tomate.
Como se ve, es una receta de origen humilde, pero con múltiples virtudes, posee un aporte nutricional que ronda las 70 kcal/100 ml, suponiendo que una ración posea 250 ml de volumen esta bebida aportaría a una persona unos 175 kcal. El aporte de hidratos de carbono en el salmorejo procede principalmente del empleo del pan. El contenido de nutrientes dependerá fundamentalmente de la proporción de ingredientes empleados en su preparación, esta proporción puede variar según zonas según los gustos locales. El tomate aporta licopeno, un antioxidante  natural, incluyendo un aporte de acidez. El ajo posee diversos compuestos organosulfurados, además de propiedades vasodilatadoras (propiedades ideales en los meses de verano). El empleo del aceite de oliva incluye los polifenoles  y su contenido en vitamina E.
Sin embargo la principal virtud del salmorejo es que es un alimento completo, ya que aporta los hidratos de carbono del pan, las proteinas  del huevo  duro y el jamón serrano, y el las grasas del aceite de oliva virgen, además, como ya se ha dicho el tomate  aporta licopeno, antioxidante  natural que el cuerpo lo absorbe en presencia de las grasas, que aporta el aceite de oliva, por lo que el salmorejo es un alimento completo y muy sano.

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Rulos de pavo rellenos de salteado de espinacas.

En ocasiones el ingenio nos salva de situaciones difíciles, ¿quién no ha encontrado unas lonchas de jamón de york olvidadas en el frigorífico? Pues hoy vamos a usar esas lonchas, sólo que en este caso eran de pechuga de pavo.


Lonchas de fiambre tipo jamón de York, pechuga de pavo o pollo.
1 cebolla.
Espinacas frescas o congeladas (también podéis usar acelgas).
1 huevo.
Sal, pimienta, aceite.

1º Cortamos en juliana la cebolla y troceamos las espinacas. Salteamos y especiamos.

2º Cuando estén, tardaran un máximo de 5 minutos, añadimos el huevo, movemos.

3º Extendemos la verdura sobre las lonchas de fiambre, enrollamos.

4º Cortamos en trozos y servimos.

Se puede tomar tanto frío como caliente, lo he adornado con un poquito de aceite y perejil picado.

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Tortilla de espinacas y queso.

Esta receta es un clásico, sencillo, muy conocido, con el añadido de que puede tomarse a cualquier hora del día, por ejemplo un bocadillo o una cena sencilla. 


2 huevos.
2 manojos de espinacas ya limpias y cortadas.
1 cebolla pequeña.
1 trozo de queso (rallado o en tacos).
Sal, pimienta, un poco de leche.

1º Cortamos en trozos pequeños las espinacas, cebolla y queso.

2º Salteamos la cebolla y espinacas.
3º En un cuenco batimos bien los huevos, con un poco de sal, pimienta blanca y un chorrito de leche, añadimos el resto de ingredientes y hacemos la tortilla en una sartén con aceite caliente.
4º Servimos acompañdo de queso y tomate.

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Risotto de pollo y champiñones con aroma de ñora.

Hoy vamos a hacer este plato típico italiano, le vamos a añadir un toque murciano con la ñora, ya se sabe "fusión, fusión, fusión".

1 pechuga de pollo en trozos.
400 gramos de arroz bomba o redondo.
1 vaso pequeño de vino blanco.
1/2 kg de champiñones laminados.
1 cebolla.
1 puerro.
1 litro y medio de caldo de pollo.
1 bote de nata.
1 ñora, 1 diente de ajo.
Sal, aceite.

1º Hacemos un majao con la ñora y el diente de ajo, cuando estén bien machacados los echamos en una sartén con fuego medio. Cuando se dore un poco añadimos los champiñones, cebolla y puerro bien cortados. Reservamos. Hacemos lo mismo con el pollo cortado en trozos.

2º En la misma sartén echamos el arroz y vamos dandole vueltas, añadimos el vino y dejamos que se evapore.

3º Agregamos la verdura y el pollo. Vamos añadiendo poco a poco el caldo de ave, lo más importante es que no lo echemos de golpe, vamos cacillo a cacillo, cuando se evapore uno, añadimos el otro.
4º Cuando el arroz esté en su punto añadimos la nata, movemos y dejamos reposar unos minutos.

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Musaka de espinacas.

Como la cuesta de Enero ha pasado a ser la cuesta de Septiembre, hay que apretarse el cinturón hasta límites insospechados, siempre se ataca a la despensa (pobrecita mía). Tenemos que reconocerlo, si seguimos así habrá que pedir un aval bancario para ir a la carnicería, por eso debemos agudizar el ingenio, en esta ocasión vamos a probar con una musaka de espinacas.


2 berenjenas hermosas cortadas en finas lonchas.
1 kg de espinacas ya limpias.
1 cebolla.
1 bote de bechamel (si tenéis tiempo podéis hacerla vosotros).
Tomate frito.

1º Pasamos por la planchas las berenjenas.

2º Salteamos las espinacas en aceite caliente, una vez hechas les añadimos parte de la bechamel.

3º Cortamos la cebolla en tiras finas y las salteamos.
4º En una bandeja de horno vamos montando: tomate, capa de berenjenas, espinacas, cebolla, espinacas, berenjena, bechamel (podemos añadir queso por encima).

5º En horno precalentado horneamos a fuego medio unos 15 minutos.

Cometí un fallo en el plato, debí cortar las berejenas a lo largo en vez de a lo ancho, porque a la hora de emplatar es muy más sencillo, en rodajas pequeñas es más sencillo que se rompa a la hora de servir, sigue igual de delicioso pero es menos bonito.

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