Reconozco que soy más de salado que de dulce, pero una buena comida que se cierre con un buen postre, pasa a ser un regalo de los dioses. Cuando descubrí la chia vi los cielos abiertos, no sólo es sencilla de trabajar, es que da un resultado estupendo.
2 tazas de leche de almendra.
1 taza de chia.
1 y 1/2 de cacao.
5 dátiles.
1 plátano.
Azúcar o edulcorante (opcional).
1º Ponemos la chia con la leche , si se quiere se añade azúcar o edulcorante al gusto. Dejamos reposar unos 10 minutos más o menos.
2º Añadimos medio plátano, los dátiles y el cacao. En la batidora lo batimos todo hasta haberlo mezclado todo muy bien.
3º Lo ponemos en los recipientes elegidos, metemos en el frigorífico un mínimo de dos horas.
4º Servimos adornado con el resto de plátano o cualquier fruta de vuestro agrado. Unas grosellas o fresas le sientan de maravilla.
Si os queda la mezcla un poco líquida, recordad que la quinoa tiende a cuajarse con el tiempo.
Si os gusta una textura crujiente, basta con no moler en exceso las semillas, os recordará un poco a la carne de los higos.
