De estas que miro el frigorífico y compruebo que tengo pequeños trozos de verdura, que por sí sólas no hay para una comida, pero que en conjunto harían un plato delicioso, además de económico (hoy en día se agradece).
¡Manos a la obra!
1 berenjena.
1 calabacín.
1 cebolla.
100 gramos de champiñones.
1 buen trozo de calabaza.
Tomate frito.
Harina.
Leche (de soja si eres vegano).
Aceite.
1 cucharada de harina (sustituir por aceite si eres vegano).
Queso (opcional).
Laminas de lasaña.
1º Rallamos todas las verduras, menos la berenjena y el champiñón que cortaremos en dados muy pequeños.
2º Freímos todas las verduras en aceite caliente, a fuego suave para que queden en su jugo. Reservamos.
3º Cocemos las láminas de lasaña según indicaciones del fabricante.
4º Hacemos una bechamel: echamos la mantequilla en el cazo, cuando se haya deretido agregamos dos cucharadas de harina, que añadiremos al aceite caliente, añadiremos la leche poco a poco, junto con sal y nuez moscada, no dejaremos de mover hasta que espese.
5º En una fuente de horno haremos una cama de tomate, después haremos el montaje de pasta y verdura, cubriremos de bechamel, si quereís podéis añadir queso por encima, e introduciremos en el horno precalentado, gratinamos y servimos.
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