Llenemos la barriga

No he visto tantas recetas con patata como en Alemania, mi buena amiga Imke lo decía: entre el pueblo alemán y la patata, hay una verdadera historia de amor. No sólo no lo niego, sino que lo reconozco con este delicioso plato que podemos tomar en casa, frío o caliente, o llevarlo de picnic.

Manos a la masa.

Venga, reconocedlo, siempre que os tomáis una hamburguesa os llegan esas regañinas internas: "eso es basura, la de grasa que te metes al cuerpo, ¿a saber de qué carne harán eso?". Por desgracia, la mayoría de veces tienen razón, lo que no es óbice para que sigan gustando.

El caso es que podemos hacer una ligera trampa, tan sencilla como hacerla nosotros.

Manos a la masa.

500 gramos de carne picada de la que te guste (en mi caso ha sido pollo).

Un diente de ajo.

1/2 cebolla.

1 huevo.

1 o 2 cucharadas de pan rallado (según la cantidad de carne)

Perejil, sal, pimienta.

1 pieza de queso mozzarella (o el que te guste).

Para la salsa de queso:

Queso de untar, tipo Philadelphia.

Nata para cocinar.

Sal, romero, pimienta blanca (o negra si no tenemos).

Un manojo de espárragos.

2 Tomates.

1/2 bandeja de champiñones.

1º Si no tienes picadora de carne pídele a tu carnicero que la triture, mezcla la carne con el ajo y la cebolla muy  picados, huevo, perejil y salpimenta. Mezcla bien y da forma a las hamburguesas.

2º Haz a la plancha, cuando le des la vuelta pon el queso encima.

3º Acompaña de los espárragos y champiñones a la plancha, así como de los tomates aliñados al gusto.

4º La salsa se hace mezclando según el grado de espesor que nos guste y aliñando.

 Desde un punto de vista básico la hamburguesa aporta proteinas(debido a su contenido predominantemente cárnico), e hidratos de carbono que provienen del pan . El contenido de grasas depende fundamentalmente del tipo de carne empleado en su elaboración. Por regla general el contenido de calorías es función del tipo de hamburguesa, uno de los parámetros más importantes es su tamaño (es decir su peso), a mayor tamaño, mayor número de calorías. Por regla general el tipo de carne es importante, por ejemplo las hamburguesas elaboradas con carne de pavo o pollo generalmente poseen menos calorías que las de carne de vacuno. Así nuestra receta casi no tiene calorías, dado que la hemos hecho con pollo y servido sin esos bollos tan calóricos.

Este plato es muy parecido al de paella de marisco, es incluso más agradecido, puesto que la pasta coge más sabores y se realiza en menos tiempo. Los ingredientes que voy a usar son un pelin caros, pero podemos sustituirlos por otros más baratos.

Manos a la masa.

400 gramos de fideuá

500 gramos de mejillones

100 gramos de gambas

200 gramos de almejas.

1 pimiento rojo a tiras

1/2 cebolla.

1 diente de ajo.

2 litros de caldo de pescado.

Sal, pimienta, pimentón dulce.

1º Sofreímos las gambas, las almejas y el pimiento, los mejillones los hacemos. Reservamos.

2º En la misma sartén vamos a hacer el tomate: echamos el ajo, la cebolla y finalmente el tomate, cuando hayan perdido el agua salpimentamos y echamos el pimentón dulce.

3º Añadimos el marisco, los mejillones y el pimiento. Echamos el caldo de pescado. Si quieres más color añade azafrán. Cuando comience a hervir dejamos unos 3 minutos más, listo para servir.

La fideuá es una receta típica valenciana, precisamente por eso hay tantas versiones como casas, en unas te dirán que el marisco y pescado se añade después de hacerse la pasta, en otras que la pasta se sofríe.., id probando para ver la que más os guste. Por cierto, una cosa sí es segura, es un plato "seco", se come con tenedor, además suele acompañarse de aliolí.

Como ya dije es una comida que se sale un poco de nuestro presupuesto, pero podéis abaratarla usando ingredientes más baratos, por ejemplo, en vez de gambón rojo, la gamba congelada de la pescaderia. Imaginación al poder.

Con la llegada del calor los platos de cuchara dejan de ser apetecibles, no me imagino con un plato de lentejas caliente y 40º a la sombra, sin embargo ese mismo plato versión ensalada cambia, además, podemos hacerlo también en versión vegetariana.

Un plato sencillo, bueno, nutritivo y lo más importante, barato.

Manos a la masa.

1 bote de lentejas (así es más sencillo, pero nada impide que las hagas de forma tradicional.

1 cebolla 

1 tomate.

1 o 2 alcachofas, al gusto.

2 zanahorias.

Sal, pimienta, aceite, pimentón.

1 trozo de salchicha (opcional).

1º Escurre y limpia con agua las lentejas. Reserva.

2º Limpia las alcachofas y saltéalas.

3º Pica en trocitos la cebolla, trocea el tomate y la zanahoria (si quieres puedes saltearlo todo, eso es al gusto).

4º Mezlca todos los ingredientes y aliñalo con las especias. Si quieres más proteínas añade la salchicha hecha a la plancha o inclusive un huevo cocido.

¿Recuerdan nuestra bella huida a Italia?, creo recordar que dijimos que íbamos a sufrir después ¿no?, ese después...¡ha llegado! He ido a pesarme, me he dado cuenta de que he cogido peso, no por los kg que marcaba, sino porque la bascula ha huido. Como lamentarse no vale de nada he decidido volver a una alimentación menos calórica.

Sin más, manos a la masa.

1 o 2 berenjenas (dependiendo del hambre de los comensales).

100 gramos de patatas.

1 cebolla mediana.

1 lata de anchoas en aceite de oliva.

1 bote pequeño de alcaparras.

Pimienta, orégano.

1º Partimos las berenjenas por la mitad, las vaciamos. Esa pulpa la partimos en trocitos muy pequeños.

2º Cortamos en cubos las patatas que ponemos a cocer.

3º En una sartén escurrimos el aceite de las olivas, en ese aceite pocharemos la cebolla que previamente hemos cortado en trocitos. Después añadimos la carne de las berenjenas. Tened a fuego medio unos 15 minutos, añadid las anchoas y las patatas. Mezclar a fuego medio durante unos 5 minutos.

4º Se sirve en las propias berenjenas. Es opcional, además de más calórico y delicioso, echar un poco de queso por encima. Eso depende de vuestra conciencia dietética.

Seguimos en la bella Italia, no podéis culparme, son unos platos maravillosos, que te hipnotizan, logrando que olvides la Operación  Bikini (ya nos arrepentiremos, pero por el momento hay que disfrutar). Además, como bien me dijeron: no comas todo lo que te apetece, sustitúyelo con una buena ensalada. Palabras sabias.

Manos a la masa

1 paquete de canelones.

100 gramos de magra.

100 gramos de pollo   (todas las carnes picadas)

100 gramos de ternera

1 o 2 hígados de pollo.

2 sesos.

2 cebollas muy picadas.

4 dientes de ajo picados.

1 tarro de bechamel y queso para gratinar.

Para la salsa de tomate:

2 kg de tomate rallado.

Laurel, una cucharada de sal y otra de azúcar.

 

1º  En una cazuela con aceite caliente vamos haciendo la salsa de tomate, hacer a fuego medio durante de unos 15 a 20 minutos . Si no queréis jaleo el tomate Hida es una maravilla.

2º A fuego medio echamos la cebolla y los ajos, cuando estén transparentes añadimos las carnes, que vamos moviendo. Añadimos la salsa de tomate, reservando un  poco para la bandeja del horno. Rectificamos el punto de sal.

3º En una olla grande hacemos la pasta de canelones según indicación del envase. Cuando estén fríos vamos rellenándolos de carne, los cerramos y ponemos en una bandeja de horno que habremos cubierto de tomate.

4º Vertemos la salsa bechamel (compradla si no queréis perder más tiempo) por encima de los canelones, metéis en horno precalentado a fuego medio, de unos 5 a 10 minutos. También podéis cubrir con queso como he hecho en este caso.

Nada como un buen plato de espaguetis con albóndigas en salsa de tomate, acompañado de una copa de vino tinto, para sentirte transportado a la Bella Italia. (Donde reside nuestra abandonada Operación Bikini).

Manos a la masa.

Para las albóndigas:

500 g de carne picada (yo he elegido cerdo).

1/2 cebolla muy picada.

1 diente de ajo picado.

1 o 2 cucharadas de pan rallado.

Sal, pimienta, orégano.

Para la salsa de tomate:

2 kg de tomate triturado.

1/2 cebolla picada.

1 vaso pequeño de vino.

1 hoja de laurel

Sal, pimienta.

1º Mezclamos todos los ingredientes de las albóndigas, hacemos pequeñas bolas que sofreímos ligeramente. Reservamos.

2º En otra sartén echamos la cebolla, después el tomate junto a resto de ingredientes, dejamos a fuego medio unos 15 minutos, hasta que empiece a hacer ligeras pompas en la superficie. Bajamos el fuego.

3º Añadimos a la salsa de tomate las albóndigas, dejamos de unos 5 a 10 minutos más.

4º Una vez cocidos los espaguetis sólo tenemos que emplatar, vertiendo por encima una cantidad de generosa de las albóndigas en salsa.

Hay momentos para todo, ya habréis notado que adoro la comida tradicional, pero la exótica también tiene cabida en mi corazón (o barriga). He elegido este plato porque el contraste de sabores me encanto.

Eso sí, advierto que la operación bikini queda relegada a las buenas intenciones.

Manos a la masa.

1 Solomillo de cerdo.

1 manzana.

1 brick de nata pequeño.

Aceite, sal, curry.

Arroz de grano largo.

1º Cortamos el solomillo en medallones al gusto, en una sartén con aceite caliente los marcamos un poco, salamos. Reservamos.

2º Previamente hemos pelado y cortado la manzana en gajos finos, desechando el corazón. Pasamos los gajos a la sartén, han de quedar dorados. Reservamos.

3º En la misma sartén, aprovechando los jugos del cerdo y la manzana, echamos la nata, bajamos el fuego, añadimos el curry al gusto, movemos constantemente. Cuando este un poco espeso echamos el cerdo y la manzana, dejamos unos cinco minutos para que mariden los sabores.

4º Podemos acompañar de unas torres de arroz largo o si se prefiere de patatas fritas.

El curry es una sustancia de origen hindú que se obtiene de la mezcla de diversas especias, como clavo, azafrán o jengibre; se utiliza como condimento de alimentos y en la elaboración de salsas.La mayoría de recetas y productores de curry en polvo incluyen cilantro, curcuma, comino  y alholva en sus mezclas. Dependiendo de la receta pueden añadirse también otros ingredientes como genjibre, ajo, semillas de hinojo, canela, clavo, semillas de mostaza, nuez moscada, cardomomo verde y negro y varios tipos de pimienta.

Esta especia ha inundado las cocinas de todo el mundo, su origen es asiático, pero gracias al comercio internacional llego a Holanda, Inglaterra, expandiéndose por el resto de Europa en muy poco tiempo.

Los platos más conocidos con curry son los de la India.

No entiendo por qué hay recetas que están relegadas a fechas, por ejemplo el arroz con leche, en Murcia empieza a servirse fuera de semana Santa hace poquísimo. Lo cierto es que en casa no duraba nada, mi hermano se autoproclamo "probador oficial", teníamos que esconderlo o se aseguraba de que ni engordásemos o muriésemos por intoxicación de leche.

Manos a la masa.

250 gramos de arroz redondo.

300 gramos de azúcar.

2 litros de leche.

Canela en rama, la corteza limpia de un limón y de una naranja.

Leche condensada.

1º En una olla a fuego suave ponemos la leche, azúcar, canela y cortezas.

2º Cuando esté tibia echamos el arroz, el truco es no dejar de mover nunca.

3º En cuánto el arroz esté hecho, se haya bebido la leche añadimos unos dedos de leche condensada, le dará un toque especial. Retirad las cascaras y la canela, servid en los platos adornados con canela en polvo.

Por cierto ¿lo habéis probado con una base de chocolate?, simplemente haced chocolate a la taza, ponerlo en los recipientes donde sirvaís el arroz, os aseguro que es toda una sorpresa.

La complicación que puede presentar esta receta es por la dureza del arroz, pues habrá ocasiones en las que con los dos litros nos quede algo líquido y otras en las que habrá que añadir. Es sólo prestar un poco de atención.

Como veís he puesto de adorno un limón-cesta, simplemente es vaciarlo y darle la forma.

Aunque llega con retraso, pues es típico de la Semana Santa, os traigo un potaje a la antigua usanza, la cocina de las abuelas siempre me ha asombrado, increíble lo que conseguían con los productos más básicos, ¡autenticas maravillas! Por eso, en homenaje a esas grandes señoras pongamos manos a la masa.

   250g de garbanzos (si son de bote te ahorras el remojo de un día y cocerlos).

La acelga es una planta que se cultiva para aprovechar sus hojas, en vez de sus raíces. Cuando son pequeñas, se puede consumir toda la planta, pero si se dejan crecer, se desecha la penca, pues tiende a amargar. Aporta vitaminas, ácido fólico, fibra y sales minerales. Las hojas exteriores (las más verdes), son las que más cantidad de vitaminas y carotenos contienen. Aportan muy pocas calorías, por lo que es perfecta para dietas de control de peso o adelgazamiento.

¿Quién dice que para quedar como un marques tienes que pedir un prestamo?, En ocasiones olvidamos que la cocina es creatividad, los platos tradicionales comparten protagonismo con ideas originales. Hoy os traigo una que tuvo mucha aceptación, parece que requiere atarse a los fogones, lo más importante es decir "sí, mucho tiempo, pero por vosotros merece la pena el sacrificio", mentiréis como vellacos pero sólo si os pillan (buajajaja).

Manos a la masa.

500 gramos de pechuga de pollo cortada en filetes..

2 berenjenas.

1 cebolla.

Queso para gratinar.

1ºLimpiamos bien las berengenas y laminamos, las hacemos en una sartén muy caliente. Reservamos.

2º Partimos en juliana la cebolla, la hacemos en la sartén.

3º Salteamos el pollo, lo marcamos y reservamos.

4º En una bandeja hacemos capas en este orden: berenjena, pollo, cebolla, berenjena, pollo. Salpimentamos al gusto.

5º Rallamos el queso por encima y en horno ya precalentado a 180º le damos un golpe de calor, 5 minutos máximo.

Los días primaverales invitan a estar en la calle, no a encerrarse en la cocina a elaborar recetas complicadas, pero eso no es óbice para hacer cualquier cosa o echar manos de los congelados del supermercado. Hoy os propongo esta ensalada. 

Manos a la obra.

Una bolsa de canónigos

3 tomates (alejaos de esos de plástico de Mercadona).

250 gramos de champiñones.

100 gramos de bacón.

Queso mozzarella.

1º Lavamos los canónigos, serán la cama de la ensalada. Cortamos los tomates y ponemos por encima.

2º Salteamos ligeramente los champiñones y el bacon. Poner por encima.

3º Cortamos el queso a nuestro gusto, lo añadimos.

4º Especiamos a nuestro gusto (yo elegí un aliño simple de aceite y vinagre de Modena).

Una opción más sana es no saltear los ingredientes, sustituir el bacón por unas nueces y el queso mozzarella por un queso más ligero. 

El queso mozzarella es típico de Italia, concretamente de Murazzano,si bien antiguamente se obtenía de leche de oveja o vaca, hoy en día se ha impuesto el de bufala.

Aunque no es tan graso como otros de ese estilo no es precisamente de dieta, además no sacia, eso sí, tiene un sabor delicioso.

Por 100 gr. de queso mozzarella

Calorías:    318,4 KCal. Grasas monoins.:7,-gr Proteínas:     21,6 gr. Grasas poliinsat.:0,8 gr Colesterol:    89,4 Mg. Calcio:        574,9 Mg. Grasas sats:  15,6 gr. Magnesio:     20,7 Mg.

Fósforo:       412,3 Mg. Vitamina C: 0,0 Mg. Potasio:         74,6 Mg. Vitamina E:  0,7 Mg.  Sodio:           415,- Mg. Vitamina A:    904 IU